El elefante en la habitación, ese problema que todos ven pero nadie se atreve a mentar, ilustra el conflicto central de esta película: tras dos meses en rehabilitación por una adicción de años, una arquitecta exitosa —de puertas afuera— vuelve a casa, donde se convierte en núcleo de los desvelos de su hija menor, bailarina profesional. Emma Suárez y Natalia de Molina (cada una con dos Goya a sus espaldas) interpretan a estas dos mujeres condenadas a sostenerse y, junto al veterano Darío Grandinetti y la emergente Alba Guilera, componen una familia descompuesta en la ópera prima de Aitor Echeverría. Un film maduro y emocionante sobre la dependencia a todos los niveles (emocional, de cuidados...), sobre el compromiso y la responsabilidad para con los nuestros, sobre la vida en reconstrucción: a veces algo ha de romperse para volverse a poner en pie.