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Un padre soltero orquesta un viaje en velero para sus hijos —gemelos y cuasiadultos— con la intención secreta de que conozcan, por fin, a su madre biológica. Toda una encerrona en alta mar, agridulce travesía de iniciación que ahonda en las complicadas relaciones paternofiliales y fraternales como otro posible motivo de ahogamiento. El chico prodigio Kostis Charamountanis escribe, dirige, monta y pone música a su sorprendente debut en la distancia larga, que inauguró la sección ACID de Cannes con esta crónica de verano a ratos nostálgica, a ratos locuela, pero siempre fresca. Una seductora gama cromática y una concepción juguetona de la narración (incluyendo repeticiones, elipsis, montajes en paralelo...) dan forma a esta marejada de afectos tóxicos y vínculos sanguíneos coagulados. Con la familia, ya se sabe: sálvese quien pueda.