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17 años después de su último largometraje, la cineasta suiza (y portuguesa de adopción) Jeanne Waltz adapta la novela homónima de la gran escritora lusa Lídia Jorge, ambientada en los 90. A raíz de la muerte de su abuela, la joven Milene descubre la antigua fábrica de conservas de su familia —blanca—, a la familia caboverdiana —negra— que hoy la habita y sobre todo a Antonino, gruista viudo y con tres hijos, del que se enamora a la vez que conquista su propia autonomía. La espontaneidad y la mirada libre de prejuicios de la chica, una magnífica Rita Cabaço (Raiva), choca con esa idea asumida del otro, de lo diferente, en un escenario no tan lejano: el Algarve del boom inmobiliario y el aburguesamiento, del racismo y el clasismo, donde tras la revolución del 74 todo ha cambiado para seguir igual: los ricos siendo ricos y los pobres siendo pobres.