Llega la última entrega de la celebrada «trilogía animal» de los gemelos Ramon y Silvan Zürcher, en la que siguen exhibiendo su agudeza psicológica, su sentido del absurdo y un control formal milimétrico para ahondar en nuestra verdadera naturaleza, salvaje e incontrolable. Una casa en las afueras de un pueblo suizo, 48 horas de convivencia y una familia en fase de demolición, que saca a relucir sus demonios y trapos sucios, son los ingredientes de un exorcismo emancipador de esos lazos no elegidos. Mordaz y tierna, incendiaria y cómica, caótica y coreografiada, hay algo de Bergman o Lynch en este psicodrama doméstico, ganador del Festival de Pingyao (apadrinado por Jia Zhangke) y protagonizado por Maren Eggert (mejor actriz en Berlín por El hombre perfecto). Dos días con la familia pueden ser demasiados, y demasiado.