Sueños húmedos con las fuerzas del orden, sexo casual y uniformado, posesiones de ultratumba... tres generaciones se entregan al sueño de trocar sus insatisfacciones en deseos cumplidos, aunque sea en la penumbra que ampara lo no normativo. En este ejercicio voyeur de relaciones imposibles, los personajes (protagonistas, figuras secundarias o solo gente en sitios) son espectadores de una sitcom existencial que está perpetuamente en el aire. La tragicomedia camp de Diogo Costa Amarante habla, con humor e imaginación, de fantasías proyectadas sobre los demás y sobre nosotros mismos, de pérdidas y fetiches. Entre brumas oníricas y extraños registros visuales de lo cotidiano, amplificados por la deslumbrante fotografía de Sabine Lancelin (habitual colaboradora de Manoel de Oliveira), transcurre esta historia inspirada e inesperada donde lo raro es vivir.